Historieta palabra por palabra.

Recuerdo del primer mensaje :

El juego es muy simple de explicar. Cada persona debe a decir en su turno UNA única palabra, de forma que poco a poco vallamos creando una historieta.

Por ejemplo:
1º persona: La
2º persona: La casa
3º persona: La casa de
4º persona: La casa de pedro
.....

Comienzo:

El

El creador vive en Otogakure y es un gran pensador, esto llevo a causar una gran aventura con un perro blanco de Konohagakure que viste de una gran capa color negro que además tiene un dibujo muy horrendo de piel sacada, sangrienta y peluda con púas que se asemejan en cuerpo muy fuerte a él mismo. Sin hacerse responsable de los resultados. El sabe que puede mover las hojas cuando escucha a su conciencia, siendo ella la que ve lo más oscuro del interior del corazón. Por ello controla todo lo que nadie puede hacer por aquel poder tan grande. Su objetivo es obtener un arma lo bastante pequeña. Pero nadie se acercaba para pelear por el. Acabado el absurdo plan cuyo objetivo no fue exitoso sin la ayuda, claramente, de un personaje random; el verdadero intelecto para la tirachinas que ni sabia que existían. Entonces cuando el juego empezaba y la mujer, aquella quien anteriomente fue encontrada cerca de una caseta, empezó a gritar porque vio un extraño personaje vestido con un traje robado del pueblo. Comenzó a saltar mientras algún paranoico ninja hacía churros gigantes. Este lloró porque Pikachu corría debajo de rocas moradas. Entonces, en ese instante una iluminadísima mujer, algo loca, sin muchos ojos, que vivía en un palacio rosa azulado con katanas para acariciar el largo filo de diamante.
Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
Adjetivos tristes, largos y feos, estaban separados por una isla diminuta que flotaba en polvo estelar gelatinoso, verdoso y dulce. Verbos que nunca fueron encontrados por nadie exceptuando a aquella niña quien quería soñar con una joyería cara, bonita e indecente. Adverbios de manera que indicaban que, o comían o molestaban a los niños con una cara extraña; pero algún niño se cansó y escapó por occidente buscando un tesoro lleno de pingüinos rojos y sonrientes dragones.
Amaneció. Por feo que era botaba tan despacio como antes de la caída inesperada por llover y colores tan alegres como cualquier unicornio rojo

El creador vive en Otogakure y es un gran pensador, esto llevo a causar una gran aventura con un perro blanco de Konohagakure que viste de una gran capa color negro que además tiene un dibujo muy horrendo de piel sacada, sangrienta y peluda con púas que se asemejan en cuerpo muy fuerte a él mismo. Sin hacerse responsable de los resultados. El sabe que puede mover las hojas cuando escucha a su conciencia, siendo ella la que ve lo más oscuro del interior del corazón. Por ello controla todo lo que nadie puede hacer por aquel poder tan grande. Su objetivo es obtener un arma lo bastante pequeña. Pero nadie se acercaba para pelear por el. Acabado el absurdo plan cuyo objetivo no fue exitoso sin la ayuda, claramente, de un personaje random; el verdadero intelecto para la tirachinas que ni sabia que existían. Entonces cuando el juego empezaba y la mujer, aquella quien anteriomente fue encontrada cerca de una caseta, empezó a gritar porque vio un extraño personaje vestido con un traje robado del pueblo. Comenzó a saltar mientras algún paranoico ninja hacía churros gigantes. Este lloró porque Pikachu corría debajo de rocas moradas. Entonces, en ese instante una iluminadísima mujer, algo loca, sin muchos ojos, que vivía en un palacio rosa azulado con katanas para acariciar el largo filo de diamante.
Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
Adjetivos tristes, largos y feos, estaban separados por una isla diminuta que flotaba en polvo estelar gelatinoso, verdoso y dulce. Verbos que nunca fueron encontrados por nadie exceptuando a aquella niña quien quería soñar con una joyería cara, bonita e indecente. Adverbios de manera que indicaban que, o comían o molestaban a los niños con una cara extraña; pero algún niño se cansó y escapó por occidente buscando un tesoro lleno de pingüinos rojos y sonrientes dragones.
Amaneció. Por feo que era botaba tan despacio como antes de la caída inesperada por llover y colores tan alegres como cualquier unicornio rojo de

El creador vive en Otogakure y es un gran pensador, esto llevo a causar una gran aventura con un perro blanco de Konohagakure que viste de una gran capa color negro que además tiene un dibujo muy horrendo de piel sacada, sangrienta y peluda con púas que se asemejan en cuerpo muy fuerte a él mismo. Sin hacerse responsable de los resultados. El sabe que puede mover las hojas cuando escucha a su conciencia, siendo ella la que ve lo más oscuro del interior del corazón. Por ello controla todo lo que nadie puede hacer por aquel poder tan grande. Su objetivo es obtener un arma lo bastante pequeña. Pero nadie se acercaba para pelear por el. Acabado el absurdo plan cuyo objetivo no fue exitoso sin la ayuda, claramente, de un personaje random; el verdadero intelecto para la tirachinas que ni sabia que existían. Entonces cuando el juego empezaba y la mujer, aquella quien anteriomente fue encontrada cerca de una caseta, empezó a gritar porque vio un extraño personaje vestido con un traje robado del pueblo. Comenzó a saltar mientras algún paranoico ninja hacía churros gigantes. Este lloró porque Pikachu corría debajo de rocas moradas. Entonces, en ese instante una iluminadísima mujer, algo loca, sin muchos ojos, que vivía en un palacio rosa azulado con katanas para acariciar el largo filo de diamante.
Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
Adjetivos tristes, largos y feos, estaban separados por una isla diminuta que flotaba en polvo estelar gelatinoso, verdoso y dulce. Verbos que nunca fueron encontrados por nadie exceptuando a aquella niña quien quería soñar con una joyería cara, bonita e indecente. Adverbios de manera que indicaban que, o comían o molestaban a los niños con una cara extraña; pero algún niño se cansó y escapó por occidente buscando un tesoro lleno de pingüinos rojos y sonrientes dragones.
Amaneció. Por feo que era botaba tan despacio como antes de la caída inesperada por llover y colores tan alegres como cualquier unicornio rojo de los

El creador vive en Otogakure y es un gran pensador, esto llevo a causar una gran aventura con un perro blanco de Konohagakure que viste de una gran capa color negro que además tiene un dibujo muy horrendo de piel sacada, sangrienta y peluda con púas que se asemejan en cuerpo muy fuerte a él mismo. Sin hacerse responsable de los resultados. El sabe que puede mover las hojas cuando escucha a su conciencia, siendo ella la que ve lo más oscuro del interior del corazón. Por ello controla todo lo que nadie puede hacer por aquel poder tan grande. Su objetivo es obtener un arma lo bastante pequeña. Pero nadie se acercaba para pelear por el. Acabado el absurdo plan cuyo objetivo no fue exitoso sin la ayuda, claramente, de un personaje random; el verdadero intelecto para la tirachinas que ni sabia que existían. Entonces cuando el juego empezaba y la mujer, aquella quien anteriomente fue encontrada cerca de una caseta, empezó a gritar porque vio un extraño personaje vestido con un traje robado del pueblo. Comenzó a saltar mientras algún paranoico ninja hacía churros gigantes. Este lloró porque Pikachu corría debajo de rocas moradas. Entonces, en ese instante una iluminadísima mujer, algo loca, sin muchos ojos, que vivía en un palacio rosa azulado con katanas para acariciar el largo filo de diamante.
Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
Adjetivos tristes, largos y feos, estaban separados por una isla diminuta que flotaba en polvo estelar gelatinoso, verdoso y dulce. Verbos que nunca fueron encontrados por nadie exceptuando a aquella niña quien quería soñar con una joyería cara, bonita e indecente. Adverbios de manera que indicaban que, o comían o molestaban a los niños con una cara extraña; pero algún niño se cansó y escapó por occidente buscando un tesoro lleno de pingüinos rojos y sonrientes dragones.
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El creador vive en Otogakure y es un gran pensador, esto llevo a causar una gran aventura con un perro blanco de Konohagakure que viste de una gran capa color negro que además tiene un dibujo muy horrendo de piel sacada, sangrienta y peluda con púas que se asemejan en cuerpo muy fuerte a él mismo. Sin hacerse responsable de los resultados. El sabe que puede mover las hojas cuando escucha a su conciencia, siendo ella la que ve lo más oscuro del interior del corazón. Por ello controla todo lo que nadie puede hacer por aquel poder tan grande. Su objetivo es obtener un arma lo bastante pequeña. Pero nadie se acercaba para pelear por el. Acabado el absurdo plan cuyo objetivo no fue exitoso sin la ayuda, claramente, de un personaje random; el verdadero intelecto para la tirachinas que ni sabia que existían. Entonces cuando el juego empezaba y la mujer, aquella quien anteriomente fue encontrada cerca de una caseta, empezó a gritar porque vio un extraño personaje vestido con un traje robado del pueblo. Comenzó a saltar mientras algún paranoico ninja hacía churros gigantes. Este lloró porque Pikachu corría debajo de rocas moradas. Entonces, en ese instante una iluminadísima mujer, algo loca, sin muchos ojos, que vivía en un palacio rosa azulado con katanas para acariciar el largo filo de diamante.
Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
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Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
Adjetivos tristes, largos y feos, estaban separados por una isla diminuta que flotaba en polvo estelar gelatinoso, verdoso y dulce. Verbos que nunca fueron encontrados por nadie exceptuando a aquella niña quien quería soñar con una joyería cara, bonita e indecente. Adverbios de manera que indicaban que, o comían o molestaban a los niños con una cara extraña; pero algún niño se cansó y escapó por occidente buscando un tesoro lleno de pingüinos rojos y sonrientes dragones.
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Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
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Adjetivos tristes, largos y feos, estaban separados por una isla diminuta que flotaba en polvo estelar gelatinoso, verdoso y dulce. Verbos que nunca fueron encontrados por nadie exceptuando a aquella niña quien quería soñar con una joyería cara, bonita e indecente. Adverbios de manera que indicaban que, o comían o molestaban a los niños con una cara extraña; pero algún niño se cansó y escapó por occidente buscando un tesoro lleno de pingüinos rojos y sonrientes dragones.
Amaneció. Por feo que era botaba tan despacio como antes de la caída inesperada por llover y colores tan alegres como cualquier unicornio rojo de los tomates podridos juegan a pinchar la caca con cualquier objeto

El creador vive en Otogakure y es un gran pensador, esto llevo a causar una gran aventura con un perro blanco de Konohagakure que viste de una gran capa color negro que además tiene un dibujo muy horrendo de piel sacada, sangrienta y peluda con púas que se asemejan en cuerpo muy fuerte a él mismo. Sin hacerse responsable de los resultados. El sabe que puede mover las hojas cuando escucha a su conciencia, siendo ella la que ve lo más oscuro del interior del corazón. Por ello controla todo lo que nadie puede hacer por aquel poder tan grande. Su objetivo es obtener un arma lo bastante pequeña. Pero nadie se acercaba para pelear por el. Acabado el absurdo plan cuyo objetivo no fue exitoso sin la ayuda, claramente, de un personaje random; el verdadero intelecto para la tirachinas que ni sabia que existían. Entonces cuando el juego empezaba y la mujer, aquella quien anteriomente fue encontrada cerca de una caseta, empezó a gritar porque vio un extraño personaje vestido con un traje robado del pueblo. Comenzó a saltar mientras algún paranoico ninja hacía churros gigantes. Este lloró porque Pikachu corría debajo de rocas moradas. Entonces, en ese instante una iluminadísima mujer, algo loca, sin muchos ojos, que vivía en un palacio rosa azulado con katanas para acariciar el largo filo de diamante.
Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
Adjetivos tristes, largos y feos, estaban separados por una isla diminuta que flotaba en polvo estelar gelatinoso, verdoso y dulce. Verbos que nunca fueron encontrados por nadie exceptuando a aquella niña quien quería soñar con una joyería cara, bonita e indecente. Adverbios de manera que indicaban que, o comían o molestaban a los niños con una cara extraña; pero algún niño se cansó y escapó por occidente buscando un tesoro lleno de pingüinos rojos y sonrientes dragones.
Amaneció. Por feo que era botaba tan despacio como antes de la caída inesperada por llover y colores tan alegres como cualquier unicornio rojo de los tomates podridos juegan a pinchar la caca con cualquier objeto natural

El creador vive en Otogakure y es un gran pensador, esto llevo a causar una gran aventura con un perro blanco de Konohagakure que viste de una gran capa color negro que además tiene un dibujo muy horrendo de piel sacada, sangrienta y peluda con púas que se asemejan en cuerpo muy fuerte a él mismo. Sin hacerse responsable de los resultados. El sabe que puede mover las hojas cuando escucha a su conciencia, siendo ella la que ve lo más oscuro del interior del corazón. Por ello controla todo lo que nadie puede hacer por aquel poder tan grande. Su objetivo es obtener un arma lo bastante pequeña. Pero nadie se acercaba para pelear por el. Acabado el absurdo plan cuyo objetivo no fue exitoso sin la ayuda, claramente, de un personaje random; el verdadero intelecto para la tirachinas que ni sabia que existían. Entonces cuando el juego empezaba y la mujer, aquella quien anteriomente fue encontrada cerca de una caseta, empezó a gritar porque vio un extraño personaje vestido con un traje robado del pueblo. Comenzó a saltar mientras algún paranoico ninja hacía churros gigantes. Este lloró porque Pikachu corría debajo de rocas moradas. Entonces, en ese instante una iluminadísima mujer, algo loca, sin muchos ojos, que vivía en un palacio rosa azulado con katanas para acariciar el largo filo de diamante.
Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
Adjetivos tristes, largos y feos, estaban separados por una isla diminuta que flotaba en polvo estelar gelatinoso, verdoso y dulce. Verbos que nunca fueron encontrados por nadie exceptuando a aquella niña quien quería soñar con una joyería cara, bonita e indecente. Adverbios de manera que indicaban que, o comían o molestaban a los niños con una cara extraña; pero algún niño se cansó y escapó por occidente buscando un tesoro lleno de pingüinos rojos y sonrientes dragones.
Amaneció. Por feo que era botaba tan despacio como antes de la caída inesperada por llover y colores tan alegres como cualquier unicornio rojo de los tomates podridos juegan a pinchar la caca con cualquier objeto natural que

El creador vive en Otogakure y es un gran pensador, esto llevo a causar una gran aventura con un perro blanco de Konohagakure que viste de una gran capa color negro que además tiene un dibujo muy horrendo de piel sacada, sangrienta y peluda con púas que se asemejan en cuerpo muy fuerte a él mismo. Sin hacerse responsable de los resultados. El sabe que puede mover las hojas cuando escucha a su conciencia, siendo ella la que ve lo más oscuro del interior del corazón. Por ello controla todo lo que nadie puede hacer por aquel poder tan grande. Su objetivo es obtener un arma lo bastante pequeña. Pero nadie se acercaba para pelear por el. Acabado el absurdo plan cuyo objetivo no fue exitoso sin la ayuda, claramente, de un personaje random; el verdadero intelecto para la tirachinas que ni sabia que existían. Entonces cuando el juego empezaba y la mujer, aquella quien anteriomente fue encontrada cerca de una caseta, empezó a gritar porque vio un extraño personaje vestido con un traje robado del pueblo. Comenzó a saltar mientras algún paranoico ninja hacía churros gigantes. Este lloró porque Pikachu corría debajo de rocas moradas. Entonces, en ese instante una iluminadísima mujer, algo loca, sin muchos ojos, que vivía en un palacio rosa azulado con katanas para acariciar el largo filo de diamante.
Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
Adjetivos tristes, largos y feos, estaban separados por una isla diminuta que flotaba en polvo estelar gelatinoso, verdoso y dulce. Verbos que nunca fueron encontrados por nadie exceptuando a aquella niña quien quería soñar con una joyería cara, bonita e indecente. Adverbios de manera que indicaban que, o comían o molestaban a los niños con una cara extraña; pero algún niño se cansó y escapó por occidente buscando un tesoro lleno de pingüinos rojos y sonrientes dragones.
Amaneció. Por feo que era botaba tan despacio como antes de la caída inesperada por llover y colores tan alegres como cualquier unicornio rojo de los tomates podridos juegan a pinchar la caca con cualquier objeto natural que fue

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Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
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Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
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Años después alguien joven cortó rápidamente las relaciones de enemistad a las alas de la Villa voladora y en Kirigakure, vieja, soñadora y loca, vivía con grandes animales tan salvajes, rojos sangrientos. Despertó aquella misteriosa sombra oscura bailarina pero torpe. Correría mala sangre en las ventilaciones estrechas mojadas aunque impregnadas de tinta, toda roja carmesí como aquel tan miserable, enano danzarín. Y entonces, cuando sorprendentemente alguien apareció saltando por las colinas blancas llenas de nieve. Cinco poderosos shinnobis se buscaron amor en la repugnante caja. Lamentablemente nadie es inmortal en aquel iluminado excremento crujiente, oloroso sobaco cuyo podrido aliento acaba brillando en una lavadora de armadura azul fosforito húmedo brillante sabor caramelo.
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